Y se reunieron los pajaritos: petirojos, picaflores, cuculíes, mirlos, gorriones; y ocuparon todas las ramas del árbol de Raúl. Habían escuchado que en ese jardín se construiría una casa y que para eso sacarían el árbol.
El petirojo, que ya era reconocido por los dueños de aquél jardín, emprendió el vuelo y le pidió a los mirlos que con sus encantadores silbidos “chuik, chuik, chuik, chuik” llevaran un mensaje a los niños, para que defiendan el árbol.
Así llegó Raúl con sus amigos e hicieron una gran ronda alrededor del árbol, con cantos y silbidos, que conmovieron a los dueños de aquél jardín, los que finalmente entendieron que no solamente perderían un árbol sino también la alegría de los cantos y el vuelo de los pajaritos.
100% hecho a mano
qué hermosa reunión de pajaritos!
ResponderEliminarun beso Claudia