Travesía con la luna despierta



Un bosquecito en la luna
nubecitas habitadas
Voy mirando, voy recorriendo
Imaginando
Mientras rueda mi bicicleta

Haiku



Al amanecer todavía hay colores de nocturnidad.
La lunita está aún despierta.
Y yo ya estoy lista para mi travesía.

En apacible quietud, las nubes destilan sus colores con suavidad ¿Acaso están habitadas y han sido coloreadas con maravillosos pinceles?

Los paisajes que recorro son mágicos. La brisa suave me acompaña, mientras giran y giran los rayos de mi bicicleta.

Subo cuestas que me acercan al cielo. Y luego bajo cerca de un río, de un camino, de un surco.




Viajo cruzando un bosque de árboles inmensos llenos de pájaros, grillos y cigarras que me acompañan con su canto.

Y así va llegando el día… y continúo con mi travesía con la luna despierta.

Noelía, la dríada del Huarango


Ruido de cencerros
Ráfagas de viento
Senderito Polvoriento

Haiku

Con ligero vuelo, llegando al bosque de Huarangos, la Dríada Noelia se detiene y observa silenciosa, intentando encontrar el sonido que la llama.
¡Ruido de cencerros!

Continúa por entre las ramas de viejos árboles, impulsada de cuando en vez por ráfagas de viento suave.

Con calma, va bajando, dejando de sacudir sus alitas para posar sus pequeños pies sobre la tierra.

Continúa caminando por el senderito polvoriento y encuentra al fin a su árbol, el Árbol Abuelo.

Y bajo la sombra reposada del Huarango una llamita tierna con su cencerro la espera.

Noelia, la Dríada del Huarango