adelanto de un nuevo cuento....


personaje: dragón marino . inspirado en el "Phycodurus eques" .

Darle paso a una estrella






Tiene ahora su estrella y la trae al mundo para contar su historia, para caminarla día y día entregando colores y luz. Una estrella que la acompañará siempre.

árboles de verano para Beatriz





llevamos árboles de verano a Córdoba
para que con sus ramas abriguen todos los inviernos
y con sus flores iluminen los días grises

Noche y Azul

Con un caballo alado, llega la Noche... llegan la Noche y Azul


Sueltan el primer lucero, compañero de la luna
Todos lo ven parpadear


Dejan la luna llena, para alumbrar y despertar



Pintan el cielo, bordan estrellas, centellas...


Queda todo vestido de azul y brillantes destellos
Todo listo, para seguir por otros cielos, hacia otras noches

Una diminuta sirena


Cuento para colgar inspirado en la historia "La sirena y el capitán" de María Elena Walsh.


En el jardín de mi casa sobre una piedra honda se formó una pocita. En la pocita nació una flor de loto y al poco tiempo, no sabemos cómo, apareció sobre ella una diminuta Sirena.

Tenía una mirada nostálgica y la escuchábamos cantar:

En noches de luna llena por el río Paraná
una sirena cantando va.
Por aquí, por allá, el agua qué fría está.
Juncal y arena del Paraná,
una sirena cantando va.

Canción que aprendió de otras sirenas, sirenas de lugares lejanos, pero que a través del agua y el canto están más cercanos.

Como era tan pequeñita, mis hermanos y yo, no queríamos asustarla entonces buscamos la mejor manera de acercarnos a ella. Esperamos a que oscureciera para sentarnos al borde del jardín y hablarle.

Entonces nos contó:

Había llegado a la pocita, volando sobre un petirrojo desde un bosque encantado, con  un gran  río en el que ella solía nadar y cantar acompañada siempre, de otras sirenas y delfines rosados.

Imaginaba que volvería a aquél lugar, que subía a un velero y navegaba entre nubes hasta llegar al bosque.



Es así, que cuando volvimos al día siguiente, ya no la encontramos. Solo quedó allí la flor de loto y unos notitas, flotando en la pocita.