Iba Mar danzando suavemente envuelta en sus olas y espuma vestida de azul.
La luna se vio reflejada en los ojos de Mar y Mar encontró el destello en sus profundidades azules.
La luna plena y blanca, luminosa, le enviaba un mensaje a través de sus rayitos.
La luna le estaba pidiendo una melodía para poder ir a dormir, para arroparse allá en el horizonte, al final de las inmensidades del océano.
Mar comenzó a cantarle, susurrando con su vaivén de olas azules y blancas con espumita suave. Algas y Corales la ayudaban sacudiendo suavecito sus ramas.
La Luna no se dormía... Entonces se le ocurrió a Mar llevarle una caracola, así la podría arrullar con el sonido del mar hasta que cerrara sus ojitos.
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