Cada tarde, sale contenta hacia su inmenso prado para abrir los brazos, correr y jugar con su perro.
Esta tarde es especial, Eleya se ha tendido entre los Pensamientos coloridos y jugando a darle forma a las nubes, ha ido inventando nombres para cada una.
Una de ellas le gusta mucho, porque ya está con pinceladas del atardecer violeta. Eleya le da un nombre: “Cometa”, porque es así; por la forma que tiene y por como la mueve el viento.
La princesa, quietecita entre sus flores, comienza a soñar… que prendida de “Cometa” se va elevando hacia el crepúsculo.
Eleya llega más allá de las nubes… volando viaja a lugares increíbles, recogiendo luceros con su cometa mágico.
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